El apego es el lazo afectivo duradero que se establece entre un bebé y sus cuidadores principales.
A través de estas primeras relaciones el bebé va “construyendo una imagen” del mundo exterior como un lugar en el que se satisfacen sus necesidades, es seguro y se puede confiar (apego seguro) o como un lugar en el que hay que estar alerta porque es peligroso y/o cambiante y las necesidades de uno no siempre son tenidas en cuenta (apego inseguro).
Esta imagen que construya del mundo a través de estas primeras relaciones le servirá para analizar e interpretar sus experiencias y relaciones posteriores (con amigos, compañeros de trabajo, parejas…) y a actuar ante ellas. Lo que influirá en su bienestar emocional, su desempeño escolar y/o laboral, sus relaciones sociales, etc.
Fomentar el apego seguro en los niños y/o el apego seguro conquistado (para los adultos que lo conquistan después de tomar conciencia de sus inseguridades), implicará una mayor capacidad de:
adaptarse a los cambios
manejar las dificultades a las que un@ se enfrenta
saber cuidarse a un@ mism@ y a los seres queridos
autoregularse emocionalmente
una mejor autoestima
unas relaciones de pareja/amistad más satisfactorias, etc.